martes, 2 de septiembre de 2008

LA REVELACIÓN DE LA TRANSFIGURACIÓN


El cambio de aspecto del Señor Jesús y la visita de Moisés y Elías causó gran caos en la vida de Jacobo, Juan y sobre todo de Pedro quien del gran asombro dijo cosas incoherentes. El salmista David dijo: “Cuando veo tus cielos obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tu formaste digo: ¿Qué es el hombre para que tengas de él memoria y el hijo del hombre para que lo visites? Salmos 8:3,4

Por lo menos dos cosas que se revelan en este acto:

La gloria de Cristo: Jesús es Dios, y su gloria en este momento traspasó su cuerpo mortal, esta revelación además de la voz del Padre, sirve para confirmación de que Jesús es Dios y testimonio contado por Pedro y Juan de esta verdad. (Juan 1:14” y aquel verbo fue hecho carne y habitó entre nosotros (y vimos su gloria…)” 2 Pedro 1:17 Él recibió honor y gloria de parte de Dios el Padre, cuando desde la majestuosa gloria se le dirigió aquella voz que dijo: "Éste es mi Hijo amado; estoy muy complacido con él.")

Lo cortos que somos ante su presencia: La presencia de Dios nos debilita, es como un pollito ante la gran belleza de un pavo real, nos hacemos pequeños y entonces vemos nuestra realidad en Dios. De modo que ante su presencia no sabemos qué decir o hacer e incluso no sabemos que pedir…

Romanos 8:26 dice: “Así mismo, en nuestra debilidad el Espíritu acude a ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras.”

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