miércoles, 25 de marzo de 2009

Dios se arrepiente

Frecuentemente hemos escuchado que lo que dice la Biblia en Números 23:19: "Dios no es hombre para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta", pero Génesis 6:6 dice: "Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió el corazón". ¿Estamos ante una contradicción de la biblia?, mi Fe y mente desde lo profundo lo niega.

Buscando una explicación desde mi razón, he investigando en algunos comentarios como los de Gill y Henry he encontrado un sentido a este enigma. Dios no se arrepiente en si del hombre,ni se arrepiente del propósito que tenía con él al crearlo; Dios se arrepiente y se entristece en el corazón por lo que el pecado ha hecho del hombre, una creación sin propósito.

Podemos entender un poco más el versículo de Génesis 6:6 si continuamos leyendo hasta el versículo 8: "Pero Noé halló gracia ante los ojos de Jehová". El hombre siguió siendo el sueño en el corazón de Dios, pero ciertamente el hombre sin Dios, alejado por el pecado, es una creación que carece de propósito y entristece profundamente a Dios.

Entonces Dios no se arrepiente del hombre en sí, sino que decide retomar el rumbo de su creación por medio de la vida de Noé.

Según el Diccionario de la Real Academia Española la palabra arrepentirse toma dos interpretaciones:
  1. Dicho de una persona: Sentir pesar por haber hecho o haber dejado de hacer algo.
  2. Cambiar de opinión o no ser consecuente con un compromiso.
Creo ciegamente que Dios no cambio de opinión ni falto a un compromiso, creó que Dios sintió pesar por lo que hizo sin que esto hubiera sido malo. La creación de Dios es perfecta y también su propósito pero el que el hombre le haya dado cabida al pecado en su vida entristeció profundamente a Dios y lo llevó de nuevo a la creación, ahora ya no para formar un hombre y una mujer sino para escoger una familia con propósito; la familia de Noé.

Para concluir, quiero decir no hay momento en que Dios no haya dejado de amar al hombre, su creación, sin embargo una vida corroída por el pecado Dios no la puede tolerar; ahora solo la sangre de Cristo puede quitar la oxido y la podredumbre de nuestras vidas y volvernos el propósito original del creador. Por último, es hermoso saber que seamos de donde seamos todo provenimos de una familia con propósito, es nuestra decisión si conservamos el propósito o nos desviamos hacia el pecado.